“Dios no permitas este golpe a mi madre y a mis hijos” clamó el empresario, Roberto Cálix Flores, durante el fallido secuestro perpetrado por tres hombres en su casa de la residencial La Arboleda en Juticalpa, Olancho.
Cuando todos creían que Cálix Flores iba emigrar de su tierra, sumida en violencia, según estadísticas, este hombre de fe decidió abrir su tercera tienda “Plásticos Juticalpa No 3 Paz y Bien”, apostándole a la inversión y a la generación de empleos en beneficio de jóvenes.
“El impactante testimonio de este miembro de la Iglesia Católica de la zona, ha servido a la población para acercarse a Dios y confiar en la Divina Providencia”, relataron asistentes a la inauguración del negocio.
“Doy primeramente gracias a Dios por haber sido librado de la muerte” confesó Roberto Cálix Flores, sujetado fuertemente a un andador metálico, debido a que casi no se puede sostener en pie por los impactos de bala inferidos en la pierna por los criminales.
“Me tendieron una emboscada, pero la gloria de Dios estuvo presente en todo momento. Sus custodios guerreros celestiales enviados no me dejaron, en especial un ángel que usó Dios al final, ese fue mi vecino”, recordó.
Cálix Flores indicó que “esta sangre que derramé de mi pierna sirva para darle siempre la gloria de Dios y edificar la paz en mi ciudad”. Juticalpenses reaccionaron sorprendidos porque creían que este olanchano iba a emprender la retirada en los negocios, pero fue todo lo contrario al seguir invirtiendo en el rubro de los plásticos.
RELATO DE FE
Roberto Cálix Flores, rodeado de familiares, jóvenes empleados de la nueva tienda y pobladores, motivó a confiar siempre en Dios. “Gracias a Dios estoy contando mi testimonio. No hay mejor cosa que hacer pactos con Dios, pueblo de Juticalpa y de toda Honduras créanle al Dios vivo”, agregó.
La mañana del domingo 3 de noviembre anterior, Cálix Flores descansaba en su vivienda, cuando un “amigo” y hombre de confianza en la empresa de plásticos, identificado como, Rolando Moncada, tocó a la puerta de su casa en la residencial La Arboleda.
El inversionista abrió confiado lejos de sospechar que Moncada había orquestado el secuestro en compañía de dos hombres encapuchados en posesión de pistolas que acechaban desde el interior de un vehículo turismo negro sin placas estacionado frente a la casa.
Del turismo salieron dos corpulentos hombres con pasamontañas, que sacaron por la fuerza a Roberto Cálix Flores, quien clamaba a cada instante por la “misericordia de Dios”, todo esto grabado en cámaras de seguridad instaladas en la zona.
El forcejeo se extendió por varios minutos y aunque los plagiarios lograron meter a su víctima al interior del automóvil, donde le infirieron los balazos, este hombre sacó fuerzas de flaqueza saliéndose del auto en una férrea resistencia contra sus captores.
Los plagiarios por fin desistieron en su plan, no sin antes propinarle golpes y patadas al empresario herido, quien se introdujo de nuevo a la vivienda.
Una semana después, ayer, cuando muchos le preguntaban como logró salir sano y salvo de esa terrible adversidad, Roberto Cálix Flores contestó con plena seguridad: “Dios estuvo presente conmigo. Podrán conspirar lo que quieran contra ti, pero cuando la gloria del Señor va delante de ti, no hay quien esté contra ti”. (Wilfredo Hernández).