Devastador incendio arrasa con más de 50 puestos de mercado Las Américas

Un devastador incendio consumió ayer más de 50 locales del mercado Las Américas, a inmediaciones de zona comercial del puente Carías, en Comayagüela, dejando millonarias pérdidas y decenas de desempleados.

El infernal siniestro comenzó alrededor de las 2:45 de la madrugada, según locatarios desesperados que daban aviso mediante llamadas telefónicas al Sistema Nacional de Emergencias 911.

Las llamadas coincidían de que en ese sector de los mercados capitalinos grandes llamaradas de fuego estaban destruyendo uno de los edificios de tres plantas, del legendario Las Américas.

Decenas de locatarios y vendedores observaban con impotencia como el gigantesco incendio destruía su sustento diario.

Allí funcionaban negocios como talleres de zapatería, tiendas de achinería, abarrotería, ropa, calzado y otros, los cuales quedaron convertidos en escombros y cenizas.

Hasta el lugar en llamas se desplazó un equipo conformado por al menos 50 bomberos, con apoyo de siete unidades contra incendios, no obstante, la hoguera se tornó incontrolable.

Minutos después, a las labores de extinción se unieron efectivos de las Fuerzas Armadas de Honduras, de la Policía Nacional y de la Alcaldía Municipal. Todas esas fuerzas de socorro trabajaban intensamente para sofocar las llamas en horas de la madrugada.

El comerciante Carlos Medina solo pudo salvar a su querida gata “Misinga”.

Entre la titánica y valiente labor de los “apagafuegos”, cuatro horas más tarde, a eso de las 6:00 de la mañana, persistían focos activos en el sótano, algo que complicaba el trabajo bomberil.

El subcomandante del Cuerpo de Bomberos, Óscar Triminio, indicó que el siniestro arrasó con la mayoría de los puestos en la sección nueva del mercado, afectando gravemente su infraestructura y dejando pérdidas económicas millonarias.

“La mayor concentración se localizaba en el sótano del mercado, donde están las bodegas de los negocios superiores. Esta área, confinada y con altas temperaturas, ha dificultado los esfuerzos de los bomberos”, señaló.

Momentos desgarradores se vivieron en la zona de los mercados.

TRISTEZA E IMPOTENCIA

“Estamos consternados, es una tragedia Dios mío, pero somos gente que lucha cada día y volveremos a resurgir ante esta tragedia”, exclamó Alma Andino, una de las vendedoras afectadas.

A unos metros de allí, estaba Ramón Varela, propietario de una zapatería arrasada con pérdidas de unos 200 mil lempiras. “Todo se quemó ahora qué voy a hacer, tengo cinco empleados, pero tenemos que volver a empezar”, manifestó Varela.

De acuerdo con los locatarios y emprendedores, cada fábrica de calzado tenía de 10 a 15 empleados, que ahora se encuentran sin trabajo.

La mayoría de comerciantes habían surtido sus negocios con fuertes inversiones para esta temporada navideña y de fin de año.

Otro de los afectados narró que, tras percibir el humo, despertó a un compañero de trabajo para salir del lugar. “Vale más que me dormí con el pantalón puesto porque salimos corriendo. Si no lo hago, quizás no estaría aquí para contarlo”, recordó.

No fue el caso del vendedor Carlos Medina, quien logró salvarse al salir corriendo en calzoncillos, porque las grandes llamaradas ya arropaban toda esa zona comercial en pleno centro de la capital.

“Solo pensé en salvar mi gata Misinga que es parte de mi familia”, dijo mientras con sus brazos y pegado a su pecho, arrullaba al asustado animalito.

Con los brazos cruzados y llenos de impotencia quedaron los dueños de unos 50 negocios quemados.

“Estaba durmiendo en las bodegas, cuando sentí el olor a humo, por eso me desperté y me asombré que no había luz, solo unas grandes llamas de fuego que ya arrasaban con varios puestos”, indicó Medina.

Cuando el anexo al mercado Las Américas, cerca del Campo Motagua y el puente Carías, todavía ardía en llamas, el tráfico fue interrumpido, afectando la séptima avenida y otros mercados aledaños. Afortunadamente, no se reportaron víctimas, ni personas atrapadas.

La magnitud del daño económico y la pérdida de los medios de vida para decenas de vendedores, causó gran consternación entre los afectados y la comunidad de Tegucigalpa y Comayagüela. (JGZ)

Las arrasadoras llamas destruyeron en un 100 por ciento los 50 locales comerciales.

DATOS
Los puestos quemados pertenecen a una asociación de locatarios del puente Tiburcio Carías Andino, a 25 socios de una agrupación comercial, siendo el presidente Fredy Antonio Luque. Por el siniestro también salieron afectados unas 500 familias. Estas personas se ganaban la vida en rubros de zapatería, abarroterías, bodegas y ventas de comida, entre otros.

Reacciones

“Lo perdí todo”
Mirian Moncada: “Lo perdí todo, de mi negocito dependía con mis hijitos y ahora quedé en nada y en la calle porque cuando yo vine no pude sacar nada. Yo vendía ropa para niño y ahora quedé en la calle y con deudas, esta es la temporada en que uno como vendedor se puede rebuscar. Confió y le pido a Dios que nos ayude en esta desgracia que nos pasó, quedamos en nada”.

“Ahora no sé cómo haré”
Norma Pérez: “Tengo cuatro años de estar trabajando en uno de los negocios e imagínese que mi patrón perdió todo, completamente todo y nosotros ahora como empleados perdimos nuestros trabajos. Ahora no sé cómo llevaré el sustento para mis hijos y mi familia en esta Navidad”.

“Sera una Navidad triste”
“Sera una Navidad triste y ahora estamos derrotados, pero cuando ustedes vuelvan tendremos este edificio mejor de como estaba en el nombre de Jesús vamos a salir adelante. Y solo le pido a las autoridades gubernamentales que se acuerden del sector informal, principalmente de la industria del calzado, porque nunca hemos sido apoyados”, reflexionó el emprendedor.

“Quedamos arruinados”
Saúl Rivera: “Prácticamente quedamos en las latas y arruinados, yo tenía un negocio familiar con tres empleados, imagínese que ya tenía varios pedidos, estimo que he perdido como 100 mil lempiras, aparte de la maquinaria invertida en mi humilde negocio”.

“Esfuerzo de 20 años”
Isabel Espinal: “Teníamos tiendas de ropa y todo se perdió, habíamos surtido hace poco los dos negocios con mi esposo y hemos perdido el esfuerzo de 20 años. Ahora solo hay que agarrar fuerzas del Señor y levantarse de nuevo, siempre con la voluntad de personas de buen corazón para que nos apoyen en esta tragedia”.

“Ahora toca empezar”
Isabel Amaya: “Si las autoridades nos pudieran echar una manita sería una bendición de Dios, porque toda la inversión y créditos ahí se perdió. El producto que teníamos terminado y que llevábamos para afuera también se quemó. Ahora toca empezar de nuevo desde abajo”.

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