El drama de la inmigración irregular vuelve a batir récords en España, y el archipiélago atlántico de las Canarias sigue a la cabeza de llegadas por mar desde el continente africano: 43.737 personas entre enero y mediados de este diciembre, más que nunca en un solo año, según datos del Ministerio del Interior.
Son casi un 10 % más que en todo 2023 y el 76 % de las 57.738 llegadas marítimas a España en 2024, otro récord histórico.
Los números hablan. Son miles de personas en embarcaciones rudimentarias abarrotadas, que desbordan los servicios españoles de salvamento, sociales y de acogida, especialmente los de Canarias y los que atienden a menores de edad no acompañados.
Tan solo este jueves, los equipos de socorro rescataron a 578 personas que navegaban hacia Canarias, mientras que la tragedia se cebó con ocho muertos de un naufragio.
El otro punto ‘caliente’ es las islas Baleares (mar Mediterráneo), con al menos 5.701 inmigrantes llegados desde el norte de África, según el recuento de EFE desde enero, un 146 % más que en todo 2023.
Un drama «estructural»
La presión migratoria se multiplicó por 8,5 en Canarias en 2020, cuando estalló la pandemia y sus graves consecuencias sanitarias y socioeconómicas. Aquel año llegaron a estas islas 23.023 inmigrantes de manera irregular desde el litoral africano noroccidental.
En los cinco últimos, cerca de 145.000 arribaron al archipiélago y unos 78.000 al resto de costas españolas, aparte de los que accedieron por tierra a las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla.
Y algo que ocurre durante cuatro o cinco años «no es una emergencia, es una realidad estructural», pues las llegadas van a continuar, advierte el director general de Save The Children España, Andrés Conde, en declaraciones a EFE.
La pobreza, la sequía, las guerras y otros conflictos los empujan a jugarse la vida para llegar a Europa en barquillas o barcazas abarrotadas y travesías de varias jornadas después de pagar a las mafias, con el riesgo cierto de perecer.
No en vano, la ruta migratoria atlántica entre África y Canarias es una de las más peligrosas del mundo. Este año, al menos 970 personas han desparecido o muerto (429 por ahogamiento), según el proyecto internacional Migrantes Desaparecidos, aunque algunas ONG calculan muchísimas más.
Son principalmente inmigrantes subsaharianos y magrebíes, pero aumentan los paquistaníes, afganos, sirios o yemeníes.
La emergencia migratoria se ha desplazado a Canarias desde la isla italiana de Lampedusa (Mediterráneo central), donde las llegadas se ralentizan gracias a la colaboración con países norteafricanos, aseguró el Gobierno italiano hace unos meses.
El jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, viajó en agosto a Mauritania, Gambia y Senegal para profundizar en acuerdos contra los movimientos irregulares de personas, pero la oposición conservadora lo acusa de falta de política migratoria.
Centros de menores sobreocupados
La crisis migratoria ha generado otro de tipo asistencial en Canarias, tanto de adultos como de primera acogida de niños y adolescentes que llegan sin ningún acompañante.
En torno a 5.500 se concentran en algo más de 80 centros de emergencia de tamaño variado y siempre sobreocupados, pues tienen una capacidad conjunta de unas 2.000 plazas, denuncian Unicef España y Save The Children. El problema existe también en la ciudad de Ceuta.
«El modelo de macrocentros no permite abordar las necesidades de los niños. Cuando hablamos de centros en los que hay 200, es muy difícil atender sus necesidades e identificar sus vulnerabilidades», dice a EFE Sara Casero, especialista en migraciones de Unicef en Canarias.
Save The Children coincide en que la saturación física y administrativa del sistema «imposibilita» una atención personalizada de los menores, que a veces sufren problemas emocionales, incluso de salud mental. Llegan marcados por un viaje largo y azaroso y la frustración de no haber alcanzado aún Europa continental.
La necesidad de disponer de recursos adecuados y suficientes ha causado tensiones entre el Ejecutivo central español y el regional canario.
Y de fondo, la polarización política retrasa un pacto entre partidos para una reforma legislativa que obligue a todas las regiones a asumir obligatoriamente (ahora es voluntario) parte de esos menores inmigrantes cuando alguna de ellas esté sobrepasada.
Unicef y Save The Children urgen a un acuerdo político que permita su reubicación en el territorio peninsular español para descongestionar los centros canarios y facilitar la inclusión.
Parte de la solución sería el traslado a países de la UE, pues España es frontera sur, apunta Andrés Conde, aunque reconoce que es un momento «poco receptivo» con los movimientos migratorios.
La mayoría son adolescentes a partir de 13 años, según Unicef, y muchos huyen de países con conflictos, como Mali. La mitad de los que llegan solos a Canarias podrían ser candidatos a algún tipo de protección internacional, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), mientras otros tratan de escapar de la miseria con apoyo familiar o sin él. EFE