PARA la reposada lectura de fin de semana –hurgando la IA–algunas anécdotas de la historia antigua que recalcan valores intangibles como la renovación, la esperanza, la reflexión, y la transformación, bajo el espíritu que el Año Nuevo, para muchos del colectivo, sea aurora de un nuevo comienzo. “En el 46 a.C., Julio César, entre varias novedades de una amplia agenda de reformas, instauró el calendario juliano, marcando un nuevo comienzo en la organización del tiempo para el imperio romano”. “El año había caído en desorden por el mal ajuste del calendario romano anterior, lo que causaba caos en los ciclos agrícolas y festivos”. “Para resolver esto, César, con la ayuda del astrónomo Sosígenes de Alejandría, implementó un sistema más preciso”. “Este cambio simbolizó no solo una renovación del orden temporal, sino también un deseo de organizar mejor la vida de la sociedad”. Iniciando con el “1 de enero, como el comienzo oficial del año, dio un sentido de reflexión sobre el tiempo y los ciclos de la vida”. “Un cambio necesario puede marcar un nuevo rumbo a toda una civilización”.
La consagración del Templo de Salomón (siglo X a.C.): “La dedicación del Templo de Salomón en Jerusalén fue un evento de renovación espiritual para el pueblo de Israel”. “Aunque no fue específicamente en Año Nuevo, representó un momento de reflexión sobre el pasado, conmemorando la salida de Egipto, y marcó un nuevo comienzo en su relación con Dios”. “Según la tradición, la ceremonia estuvo acompañada de oraciones de unidad, justicia y prosperidad para el futuro”. “Los intangibles de la esperanza y la fe, al recordar el pasado mientras se construye un nuevo futuro con restaurado significado”. “Según la leyenda, Roma fue fundada por Rómulo el 21 de abril de 753 a.C., marcando el inicio de una era para una civilización que transformaría la historia”. “Aunque esta fecha no coincide con el Año Nuevo moderno, el acto simboliza el concepto universal de comenzar algo nuevo y aspirar a la grandeza”. “La leyenda de los gemelos Rómulo y Remo criados por una loba refleja la idea de que incluso los orígenes humildes pueden ser el punto de partida para logros monumentales”. La proclamación del Año de la Libertad en Mesopotamia (2000 a.C.): “En el antiguo reino de Sumeria, algunos reyes, como Urukagina y Hammurabi, decretaban el “Año de la Libertad” al comienzo de sus reinados o durante festividades especiales”. “Este decreto cancelaba deudas, liberaba a los esclavos endeudados y restauraba las propiedades confiscadas injustamente”. “Era un acto simbólico para marcar un nuevo ciclo de justicia y armonía, recordando que el liderazgo debía renovarse con demostraciones de equidad”. Los valores intangibles de justicia y redención, iniciando un ciclo de renovación colectiva, especialmente abarcando a los más vulnerables.
(¿Y qué resoluciones –entra el Sisimite– has tomado para mejorar tu talento y tu talante durante el año que recién inicia? -Y la sorpresa –responde Winston– la tal Victoria que trajo la Sofi de allá donde estudiaba, es más que suficiente, como para poner en práctica varios de los intangibles. La paciencia, por ejemplo. Venía calladita, sin pronunciar palabra, y ahora que aprendió a ladrar, nadie la calla. Ni que fuera tarabilla. Llegó humildita y reservada, nerviosa y hasta miedosa, pero a medida que fue agarrando confianza a mí me agarró de encargo. Así que tengo que apelar a otro intangible, a la presencia reconfortante; entender que ella prefiere no estar sola y ocupa compañía. Como es natural de la raza, demanda atención constante. Así que tengo que darle cariño inagotable. -¿Y ya la sacaron –interrumpe el Sisimite– a pasear afuera? -Sí –responde Winston– el 31 fuimos a Jardines de Paz Suyapa a colocar un ramo de flores a don Oscar. No sabía, mientras retozaba en la grama y se subía encima de las lápidas, que la llevaron al panteón. Así que le di seguridad emocional, una sensación tranquilizante, más allá de lo tangible, como de protección espiritual al potencial azoro de una que otra alma en pena que ronda por esos luctuosos lugares. Poco a poco nos vamos ambientando. La verdad es bien linda y aunque me queje de estar en un estado liminal –confundido si alegrarme o afligirme– la verdad es que cuando no aparece, me hace falta, la busco para estar con ella. -¿Y leíste –se ríe el Sisimite– el mensaje de la nieta?: “Yo también busqué “liminal”. Pensé que era un chino diciendo que había que “eliminar”).