“¿PUEBLOS gentiles –escribe una lectora amiga– será que eran más amables que otros?”. Alusivo a esta cita del editorial: (“Mateo describe a los Magos como “hombres sabios” o “magos” (en griego, magoi), una palabra que se usaba para referirse a astrónomos, sacerdotes o eruditos del Medio Oriente, probablemente de Persia o Babilonia”. “La tradición cristiana posterior agregó detalles como sus nombres (Melchor, Gaspar y Baltasar) y su número (tres), basado en los tres regalos que ofrecieron: oro, incienso y mirra”. “No se especifica que fueran reyes, sino hombres sabios o estudiosos de las estrellas”. Muchos teólogos y académicos consideran que los Reyes Magos representan “a las naciones gentiles que reconocen la divinidad de Jesús, subrayando el alcance universal de su misión”).
“El significado de “gentil” como “amable” –según la IA– proviene de su origen etimológico en el latín, donde tenía un significado más amplio que fue evolucionando con el tiempo”. “En latín, gentilis significa “perteneciente a un mismo clan, familia o nación (de gens, que significa “clan” o “pueblo”)”. “Inicialmente, designaba a las personas que compartían un linaje o un origen común”. Ya en la época romana gentilis pasó a referirse a los que no formaban parte del pueblo judío ni del cristianismo, es decir, los “extranjeros” o “no creyentes” (de donde proviene su uso religioso en el judaísmo y el cristianismo como “no judío”). “Con el tiempo, el término gentilis adoptó un matiz relacionado con el carácter educado o refinado, especialmente en las lenguas romances como el francés antiguo”. “Esto se debió a la asociación con los valores de los “gentiles hombres” o “caballeros”, que eran vistos como nobles, corteses y bien educados”. “En español y otras lenguas romances, la palabra “gentil” comenzó a usarse para describir a alguien que exhibía las cualidades de nobleza, cortesía y refinamiento, que más tarde se asociaron con la amabilidad y el trato agradable, separándolo de sus raíces religiosas”.
(Y ya que estamos en esto –tercia el Sisimite– ¿si fueras tan gentil o bien, amable, de buscar cuáles serían las diferencias entre creyentes, fieles, laicos y gentiles? -Usaste bien la coma –se ríe Winston– si la coma la ponés después de amable hubiese sido mejor, ya que diría, si fueras tan gentil, o bien amable. -Vos con tus zafadas –vuelve el Sisimite– si fueras tan amable de buscar las diferencias. -Aquí dice –responde Winston– consultando la Chat-GPT, ya que vos sos alérgico a los chunches digitales y no digamos a la IA: Creyentes: “Se refiere a las personas que tienen fe o creen en una religión o en un conjunto de principios espirituales o doctrinas. Por ejemplo, los creyentes cristianos son aquellos que profesan la fe en Jesús como su salvador”. Fieles: “Este término hace referencia a las personas que pertenecen a una religión y que cumplen con los preceptos y normas de la misma”. “En un sentido general, también se puede usar para describir a quienes son leales o constantes en su compromiso con una causa, persona o ideología”. Laicos: “Serían los miembros de una comunidad religiosa que no pertenecen al clero (es decir, no son sacerdotes, monjas, pastores, etc.)”. También puede referirse a algo o alguien que no tiene una afiliación religiosa o que se encuentra fuera del ámbito religioso, como en el caso de un “estado laico”. Gentil: “En un contexto religioso, especialmente en el judaísmo y el cristianismo, se usa para referirse a las personas que no son judías (es decir, los no judíos)”. “En un uso más antiguo, el término se empleaba para describir a quienes no pertenecían a una religión monoteísta, como los paganos”. En otros contextos, puede tener un significado más general, como “educado” o “cortés”. ¿Y acá –repregunta el Sisimite– ¿cuántos fieles hay? -Eso depende –ironiza Winston– porque en la política, contados con los dedos de las manos, muy escasos).