Ministros de Agricultura de más de 63 países y representantes de alto nivel de 14 organismos internacionales reunidos en Berlín con la participación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) acordaron dar impulso a la bioeconomía como instrumento importante para el desarrollo económico, social y ecológico del planeta.
El Foro Global para la Alimentación y la Agricultura (GFFA) fue organizado por el gobierno alemán y sirvió también para dar una señal del más fuerte compromiso político de los gobiernos con los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático y el Convenio sobre Diversidad Biológica.
Al mismo tiempo, los ministros y representantes de organismos internacionales presentes enfatizaron que no existe un modelo de producción único y que la transformación de los sistemas agroalimentarios hacia una mayor sostenibilidad debe profundizarse en los países, pero siempre en acuerdo con las condiciones y las características regionales y locales.
En el documento final del encuentro -que fue presidido por el ministro de Agricultura y Alimentación de Alemania, Cem Özdemir- se señaló que una bioeconomía sostenible es clave para transformar la economía mundial en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que, en ese contexto, la agricultura juega un rol decisivo como proveedora de recursos biológicos.
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El Director General del IICA, Manuel Otero, quien participó por segundo año consecutivo en el foro de Berlín, fue el moderador de un panel en el que ministros de diferentes continentes compartieron las experiencias de sus países, exploraron similitudes y diferencias y discutieron cómo potenciar la colaboración global para alcanzar una bioeconomía sostenible en agricultura.
“Necesitamos más acción; se trata de fortalecer la colaboración global para lograr una bioeconomía sustentable en la agricultura”, señaló Otero, quien hizo hincapié en la necesidad de repensar la agricultura, rescatando lo positivo, y teniendo en cuenta que una de las tareas es construir puentes para acercar a los consumidores y los productores, que están cada día más alejados.
“Hoy se está hablando mucho de bioeconomía en todo el mundo. Tenemos que transformar esas palabras en más acciones para mejorar la calidad de vida de toda nuestra gente. Debemos trabajar y pensar cómo aprovechar de la mejor manera la biomasa generada por la agricultura, la ganadería, la pesca y los bosques. Y tener claro que la bioeconomía no es igual para todos: tenemos que respetar nuestras diferentes cadenas productivas, nuestra historia y nuestras culturas. No hay una receta única”, añadió Otero.
El director general del IICA participó en ese foro junto al Asesor Especial de la Dirección General, Jorge Werthein, y el Gerente del Programa de Innovación y Bioeconomía del organismo hemisférico, Hugo Chavarría.
Mattos, quien preside la Junta Interamericana de Agricultura (JIA, máximo órgano de gobierno del IICA), señaló que hablar de bioeconomía es hablar de sustentabilidad. “Uruguay es un buen ejemplo de ello: somos un país agropecuario de vocación exportadora, porque nuestro mercado doméstico es pequeño, y sabemos que si no cuidamos los recursos naturales no hay futuro”, afirmó.
Pedro Neto, en representación del gobierno brasileño, consideró que la bioeconomía es central para el desarrollo sostenible agropecuario y para la inclusión de las comunidades rurales pobres y los pueblos originarios en un contexto productivo que respete el ambiente.
Neto señaló que el IICA es un aliado fundamental para Brasil, no solo por su tarea en proyectos estratégicos compartidos, sino también por su rol de liderazgo en discusiones regionales e internacionales y por su estímulo a la investigación y a innovación en agricultura.
El ministro español Luis Planas explicó que la bioeconomía es parte de una realidad absolutamente central para el mundo de la producción de alimentos. “Cada uno de nosotros -reconoció- llama bioeconomía a veces a cosas diferentes. Lo que tienen en común son la circularidad y la utilización no solo de aquello que producimos como producto principal, sino de todo lo relacionado: residuos de la producción animal o agua reciclada para la producción”.