Paseo por la prehistoria

Reiteradamente se habla de la especie Homo sapiens como algo especial y diferente del resto de las especies que habitan este planeta. Somos especiales por diversas razones, entre ellas los aspectos espirituales y metafísicos así como la capacidad de pasar información de una generación a otra. Pero no podemos ignorar nuestro origen y papel como especie animal en la maravillosa red interrelacionada de plantas, animales, otros organismos y elementos que hacen posible la vida en la Tierra.

Remontémonos a la prehistoria unos 2-3 millones de años cuando gran parte de África ecuatorial estaba cubierta de bosques húmedos tropicales debido a cómo estaban conformados los continentes y océanos. Las corrientes marinas tropicales circulaban desde lo que conocemos hoy como el océano Pacífico y el océano Atlántico sin entrar en contacto con las corrientes más al norte o al sur de dichas latitudes. Fue entonces que debido al movimiento continuo de las placas tectónicas que cubren el planeta, surgió el istmo centroamericano, cambiando radicalmente el movimiento de las corrientes marinas.

Una vez estabilizado este istmo, las corrientes que antes circulaban por el trópico se vieron truncadas y desviadas. En vez de cruzar desde el Atlántico al Pacífico, ahora las corrientes rebotan contra el istmo centroamericano generando la famosa Corriente del Golfo. Este cambio generado por las placas tectónicas inició un cambio radical en las coberturas boscosas de África ecuatorial. Los bosques tropicales que existían del este al oeste de África se fueron secando dando paso al desarrollo de extensas sabanas dejando los bosques ecuatoriales solamente al oeste de África.

Fue en este ambiente que se desarrolló una especie de primate con el género Australopithecus que con el tiempo dio paso al género Homo. Antes del Homo sapiens, que somos los humanos modernos, existieron más de una decena de especies de Homo, pero solamente el Homo sapiens logró sobrevivir hasta el presente.

El propósito de este recuento es ubicarnos como especie en este planeta. Reconocer que somos parte de la ecología del planeta. Nuestras habilidades especiales nos dan el poder de destruir el planeta pero al igual somos capaces de hacer grandes cosas.

Honduras es un país rico en biodiversidad y recursos naturales pero como administradores de su manejo, no estamos haciendo el trabajo debido. Estamos fallando como especie y como ciudadanos.

Hagamos del 2025 un año meta para cambiar nuestra actitud hacia nuestro entorno natural y el debido manejo de las riquezas naturales del país.

Rafael Calderón
rafcald2010@gmail.com

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