Agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus silgas en inglés) controlan las operaciones para detener a los migrantes indocumentados en las ciudades de Estados Unidos.
“La DEA, junto con nuestros socios @TheJusticeDept , está ayudando @DHSgov y a otros socios encargados de hacer cumplir la ley federal con sus esfuerzos de control de inmigración”, posteó @DEACHICAGODiv en la red X.
Las agencias de inmigración de Estados Unidos, la DEA (Administración para el Control de Drogas) y el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), están coordinando operativos conjuntos para realizar redadas contra inmigrantes en Chicago. Según fuentes oficiales, esta colaboración busca abordar no solo el tráfico de drogas, sino también identificar y detener a inmigrantes indocumentados que se encuentren asociados con actividades criminales.
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Estas redadas, que ya han generado preocupación entre las comunidades inmigrantes, forman parte de una estrategia ampliada que las autoridades justifican como necesaria para combatir organizaciones delictivas. Sin embargo, defensores de los derechos de los inmigrantes han señalado que estas acciones podrían resultar en la separación de familias y la criminalización de personas que no tienen vínculos con el narcotráfico.
Aunque los detalles específicos de los operativos no han sido divulgados, activistas han advertido que la colaboración entre la DEA y el ICE marca un enfoque más agresivo en la política migratoria y de seguridad. “Estas redadas tienen un impacto devastador en nuestras comunidades. La gente vive con miedo constante de perder a sus seres queridos o de ser detenida injustamente”, expresó un portavoz de una organización local que brinda apoyo a inmigrantes.
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Se espera que las redadas se intensifiquen en las próximas semanas, con un enfoque en vecindarios específicos de Chicago. En respuesta, diversas organizaciones han comenzado a organizar talleres y recursos para informar a las comunidades sobre sus derechos legales en caso de ser detenidos por las autoridades.
El ambiente en la ciudad es de incertidumbre, mientras las comunidades afectadas se preparan para enfrentar posibles repercusiones de estas acciones. La política de colaboración entre la DEA y el ICE sigue siendo objeto de debate, especialmente en un momento en que las políticas migratorias se encuentran bajo el escrutinio público.