EL río de sangre despertó inquietud entre los lectores del colectivo, y varios indagaron si la historia tiene alguna vinculación con nuestros antepasados mayas. Datos del Chat-GPT: “El Xibalbá descrito principalmente en el Popol Vuh (el libro sagrado de los quichés), era un lugar sombrío y lleno de pruebas diseñadas para los muertos o incluso para los héroes míticos, como los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué”. “En su camino hacia el Xibalbá, las almas podían enfrentarse a varios ríos: Un río de sangre: este río era un desafío físico y simbólico”. “Cruzarlo requería valentía y, muchas veces, ayuda espiritual”. “Un río de agua y otro de pus: Estos ríos simbolizaban la purificación y la dificultad que las almas enfrentaban para abandonar lo terrenal”. “Los ríos eran metáforas del sacrificio, la resistencia y el renacimiento espiritual”. “Aunque el Popol Vuh no menciona explícitamente que los perros ayudaran a cruzar estos ríos, hay evidencias arqueológicas y relatos orales que asocian a los perros con la travesía hacia el más allá”.
“En la cosmovisión maya, los perros tenían un lugar especial en la vida y en la muerte, debido a sus vínculos con lo espiritual y lo práctico”. “Al igual que en la cultura mexica, algunos mayas creían que los perros acompañaban, como guías en el más allá, y ayudaban a las almas a cruzar los obstáculos del inframundo”. “Un perro bien tratado en vida sería leal a su dueño incluso después de la muerte”. “(Algunos restos arqueológicos en tumbas mayas incluyen esqueletos de perros, lo que sugiere que eran enterrados junto a sus amos para cumplir esta función)”. Simbolismo: “Los perros, especialmente los de color blanco o amarillo, eran vistos como animales sagrados con la capacidad de moverse entre los mundos de los vivos y los muertos”. “Los perros no solo eran compañeros espirituales; también eran importantes para la vida cotidiana, ayudando en la caza y actuando como guardianes”. “Esta utilidad aumentaba el respeto que se les tenía”. “Su carácter leal y su disposición para servir fortalecían su papel simbólico como protectores incluso en el más allá”. “En algunas ocasiones, los perros eran sacrificados ritualmente para acompañar el alma de un fallecido, especialmente si se creía que el camino hacia el inframundo sería arduo”. “Esta práctica, aunque puede parecer cruel desde nuestra perspectiva actual, reflejaba la importancia del perro como vínculo espiritual”. “La relación entre los humanos y los perros en estas creencias refuerza varios mensajes éticos y espirituales: La reciprocidad: El buen trato hacia los perros era visto como un acto que trascendía la vida”. “Tratar con bondad a un perro significaba asegurar su lealtad eterna”. El vínculo entre mundos: “Los perros simbolizan la conexión entre lo material y lo espiritual, entre la tierra y el inframundo”. “Son mediadores entre lo humano y lo divino”. El poder de la lealtad: “Los perros son ejemplos vivos de lealtad incondicional, un rasgo que los antiguos mayas y otras culturas reconocían y valoraban profundamente”.
(Ahora consultando el DeepSeek –entra el Sisimite– la IA de los chinos, que se ha puesto de moda: “En la cosmovisión maya, se creía que los perros eran guías y protectores de las almas en su travesía hacia el “Xibalbá”, el inframundo maya”. “Este viaje podía incluir cruzar ríos u otros obstáculos, y se pensaba que los perros ayudaban a las almas a superar estas pruebas”. “Los perros eran vistos como compañeros leales no solo en la vida terrenal, sino también en el más allá”. -Según las creencias –transcribe Winston otro testimonio– “el perro era un guía y protector para las almas de los difuntos”. “Una de las pruebas que el alma debía superar en su viaje era cruzar un río de sangre”. “Se creía que el perro ayudaba a su amo a cruzar este río, permitiéndole alcanzar el descanso eterno”. “Esta creencia se refleja en los hallazgos arqueológicos, como las representaciones de perros en cerámicas y esculturas funerarias, donde aparecen acompañando a los difuntos”. “En la mitología maya, los perros estaban asociados principalmente con “Ah Puch” (también conocido como “Hunhau” o “Kisin”), el dios de la muerte, el inframundo y la oscuridad”. “Ah Puch era uno de los señores de “Xibalbá”, el inframundo maya, y los perros cumplían un papel esencial como guías y protectores de las almas en su viaje a través de este reino”. “Su función como compañeros en el más allá reflejaba su conexión con las fuerzas de la muerte y la renovación cíclica de la vida”).