Priorizar el respeto y diálogo regional ante deportaciones masivas

Ivonne Tabora*

El domingo 26 de enero del presente año, se vivieron momentos tensos entre los gobernantes de los países de Colombia, Gustavo Petro y Estados Unidos de América, Donald Trump, ante la negativa del mandatario colombiano, de no recibir dos aviones que transportaban inmigrantes de su país, deportados y provenientes de EE. UU.

La respuesta del presidente Donald Trump fue contundente e inmediata, múltiples sanciones para Colombia, como un aumento de un 25 por ciento en los aranceles de sus productos, la revocación de visas a los funcionarios de gobierno e inspecciones aduaneras de ciudadanos de Colombia y buques de carga.

Trump también aseguró que esa negativa de Petro, había puesto en peligro la seguridad nacional y pública de los EE. UU., por ello de las medidas tomadas con rapidez.

Pero la actitud del presidente de Colombia cambió en unas horas y creo que fue muy acertada, porque se retractó y a través de un comunicado, se dio a conocer que se había superado el impase y se anunció que aceptaría las condiciones de Donald Trump, una postura inteligente, porque al final, con las medidas divulgadas quien saldría perdiendo, sería Colombia.

Inclusive ya los primeros vuelos, uno proveniente de El Paso, en Texas, y otro de San Diego, California llegaron a Colombia llenos de migrantes deportados el lunes por la noche.

Y es que, en mi opinión, las relaciones internacionales deben estar impregnadas de diálogo y respeto, las decisiones se deben tomar con la cabeza fría, dejando a un lado las ideologías políticas o cualquier otra antipatía, pues no son asuntos personajes los que se tratan, son de nación.

Me gusta mucho la actitud, por ejemplo, de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum quien por cierto ha informado en los últimos días, que en lo que lleva ya el mandato de Trump, van más de 4,000 mil deportados, especialmente de origen mexicano, y ha destacado lo importante que es mantener una buena relación con EE.UU., basada en el respeto y la protección de los derechos humanos de los mexicanos.

Se ha referido a lo que ocurrió entre el mandatario de Colombia y USA, y ha alabado que se llegara a un pronto acuerdo, porque en este momento especialmente, se necesita charlar y llegar a entendimientos, ya que existe una preocupación por el impacto económico en los países emisores de migrantes y el tema de las remesas, pues recordemos que solo en el 2024, los migrantes mexicanos enviaron en concepto de remesas, unos 65 millones de dólares, equivalente al 4 por ciento del producto interno bruto, PIB, de ese país, porque ellos son el mayor grupo de inmigrantes de EE. UU.

Me parece que todo este escenario a nivel regional, debe servir de modelo a Honduras, que ya llevamos en lo que va del 2025, alrededor de 2,000 mil deportados y unos 800 hondureños en el exterior, ya han pedido ayuda para retornar de forma voluntaria, según datos del INM, y se está en espera de los aviones militares con más deportados.

La presidenta Xiomara Castro, ante el anuncio de deportaciones masivas ha anunciado la implementación de un programa de emergencia llamado: “Hermano, hermana vuelve a casa”, en el cual ofrece que entregará a los deportados al momento de su llegada, la cantidad de 100 dólares, alimentos, y 1 mil dólares, como capital semilla, para que pueda desarrollar pequeños y medianos emprendimientos, programas asistenciales, y empleos.

Todo suena bien, pero yo me pregunto, ¿por qué no ofrecer esto antes y evitar que nuestros compatriotas emigren, y algo que me preocupa más, es si realmente están preparados económicamente para cumplir este ofrecimiento?…

Claramente, con todo lo ocurrido en los últimos días, es obvio que ningún enfrentamiento traerá soluciones, y no hay que olvidar que así como desde hace mucho existe la migración irregular, las deportaciones han estado a la orden del día también, especialmente cuando hay cambios de gobierno, según datos, en el mandato de Bill Clinton se deportaron más de 7 millones de mexicanos, y en el de Obama, 2.5 millones de personas, todo esto, por la evolución de las políticas migratorias que han ido cambiando, así que preparémonos, a seguir escuchando sobre el mismo tema.

Que linda frase del poeta romano, Horacio: “Aquellos que cruzan el mar cambian de cielo, pero no de alma”.

*Lic. en Periodismo

@IvonneTabora
ivonnetabora28@gmail.com

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