La noche del sábado 25 de enero, el Teatro Nacional “Manuel Bonilla” acogió a la Orquesta Sinfónica Nacional, hoy conocida como Orquesta Sinfónica de la Victoria, que nos brindó su Concierto de Año Nuevo.
Lo calificamos como un inicio de temporada alegre y optimista, porque el programa que escogió el maestro Franklin Rodríguez, su nuevo director titular, tuvo esas características. Las Cuatro Danzas Folclóricas Rumanas del compositor húngaro Bela Bartok, nos dieron la pauta de lo que vendría después: la marcha “Pompa y Circunstancia” de Edward Elgar, que nos elevó el ánimo para ponernos a tono con su carácter festivo y, a la vez, solemne. El público la identificó inmediatamente, porque es muy utilizada en los actos de graduación de los centros de educación media de nuestro país.
Con la suite “Peer Gynt” de Edward Grieg, la OSV nos llevó a las regiones nórdicas, que son ricas en tradiciones y danzas folclóricas; en este caso, bajo la pluma del compositor noruego, nos hizo suspirar en sus pasajes líricos y también sobrecogernos, según fuera el carácter de cada parte.
Participó como solista invitado, el notable saxofonista Ariel Lagos, que nos ofreció la mejor de su arte musical, con la obra “Capricho” de Joshua Texas. La Danza Húngara No. 2 de Johannes Brahms, estuvo impregnada del ritmo y nostalgia característicos de la música que recopiló el compositor alemán en sus constantes viajes por Hungría.
Pero también, el maestro Rodríguez nos puso a bailar en nuestros asientos, con la “Conga del Fuego Nuevo” del compositor mexicano Arturo Márquez, para concluir con gran alegría en una dinámica versión de la polka “Trish Trahs” de Johann Strauss Jr.
¡Bravo! Maestro Franklin. Usted está cosechando sus arduos años de trabajo, que inició como un magnífico violinista y que hoy ha comenzado a incursionar, con mucho éxito, en el arte de la dirección orquestal. Esperaremos con entusiasmo sus próximos conciertos.
Tegucigalpa, M.D.C., 1 de febrero de 2025.