Por: Adán Hilario Suazo Molina0
Coronel de Aviación ®
Acorde con los analistas políticos, el actual presidente de Los Estados Unidos de América Mr. Donald Trump, inició su campaña para recuperar el poder, el mismo día en que perdió la reelección, y comenzó a trazar su plan de gobierno con el principal argumento de su campaña “Make América Great Again” por tal razón, lo que está ocurriendo, en cuanto a las ordenes sancionadas el día de su envestidura, para muchos mandatarios latinoamericanos, no causó sorpresa. No así para gobiernos como el nuestro, con problemas de carácter político/ideológico y señalamientos relacionados con corrupción y narcotráfico que pudieron obligar a nuestra gobernarte a denunciar inexplicablemente, el Tratado de Extradición con Estados Unidos y a declarar la posibilidad de pedir la salida del componente del Comando Sur (FTC-B) con sede en la Base Soto Cano.
Ambas acciones han sido fuertemente criticadas por sectores influyentes, nacionales e internacionales, incluyendo senadores y congresistas de EE.UU. El problema es que el mal ya este hecho, la evidencia puede ser contundente, ¿se trata de un acto de blindaje para evitar una o mas extradiciones? La verdad, todo esto suma ante las actuales amenazas, ¿qué más podíamos esperar? Seguimos jugando al socialismo, renunciamos a un Tratado de Extradición, que es la pieza clave para controlar la criminalidad de altos quilates, ese mismo Tratado que sirvió para extraditar al expresidente JOH; Tratado que no tiene nexo político y mucho menos amenazas para jefes militares… ¡entonces!, así como muchos lo expresan: “quien dijo miedo o, el que nada debe nada teme”.
Cualquier persona que tenga a su cargo, una empresa, una institución o cumple una jefatura, conoce doctrinariamente o por simple instintito que, al verter una opinión, tomar una decisión u ordenar una misión, obtendrá reacción positiva o adversa, pero la peor hipótesis es la regla. Eso es exactamente lo que nos está aconteciendo, estamos a expensas de una dirigencia, fragmentada, improvisada y sesgada, que nos ha traído a este laberinto y hay que afrontar las consecuencias, la situación es crítica por mucho que se quiera maquillar, minimizar o diluir con declaraciones, intervenciones, reuniones ideológicas, saturación, etc.
¡conviene!: primero reconozcamos a EE.UU. como el aliado hondureño de toda la vida, no crear fricciones innecesarias, pero buscar dialogar con argumentos válidos e inteligentes, no con altivez o falso orgullo, se trata de proponer y de ser posible negociar, esto no significa perder la dignidad o capitular.
La prioridad de momento: la deportación ha comenzado, según datos de la cancillería, se trata de 1,700 hondureños listos para ser repatriados; desconocemos cuántos finalmente llegarán, se especula que posiblemente hasta medio millón. Lo cierto que el proceso ya comenzó y comenzó muy mal para nosotros, nuestra gobernante quien ostenta el cargo de presidenta pro tempore de la Conferencia de Estados Latinoamericanos CELAC, se adelantó a pedir una reunión urgente de los miembros, sin un consentimiento unánime y ahí está, el desaire no se hizo esperar, como es de todos conocido, el incidente que involucró al presidente Petro de Colombia, al no aceptar dos vuelos en proceso, argumentando las condiciones en que viajaban los repatriados.
Al final la negativa que duró sólo unas horas, ha provocado, que países con capacidad, como Colombia y México, hayan decidido enviar sus aeronaves para retornar a sus compatriotas; Honduras como país solidario, pues está anunciando que también enviará aeronaves por los nuestros. Aquí viene el punto de inflexión: hasta donde conocemos, nuestra rama aérea hace algún tiempo perdió la capacidad de transporte militar medio y desconocemos alguna adquisición reciente; en lo relacionado a la aviación civil con matrícula hondureña, no está autorizada a volar a aeropuertos de EE.UU., según entiendo en el pasado gobierno, se estuvo muy cerca de obtener esa certificación, pero con el cambio de administración y nuestro estilo de desarmar entidades técnicas para enchambar políticos, arruinó el proceso. Pero bien es posible montar una operación, desde Matamoros México, que colinda con Brownsville Tx. La otra opción es la aviación extranjera, hasta ahí, es probable operacionalmente.
Traducido a costos: un vuelo de Matamoros a Palmerola de un avión 737 o de parecida capacidad, puede costar entre 70 a 80 mil USD. ¿Cuántos vuelos se requieren?; ¿Cuánto se gastaría? ¿no les parece que ese billete puede servir para mejor ayuda a los deportados?
Para concluir, opino con respeto: Señora presidente… ponga a trabajar a su equipo, que ya dejen de declarar sandeces, eso empeora el asunto; pida dialogar; recuerde por allá en EE.UU. tiene un Lobista 5 estrellas pídale que interceda… pero lo más importante, una declaración en cadena nacional: que el Tratado de Extradición continúa sin restricción alguna y que Honduras respeta la permanencia acordada de la FTC-B.
Mientras seamos tan descuidados y que ni siquiera somos capaces de cubrir nuestra seguridad alimentaria, necesitamos que nuestro tradicional aliado sea el mejor amigo.