MUCHOS empresarios –de los que leen, porque unos ni gracia para eso tienen– se interesaron en la enorme inversión que llegó a México, a raíz que se desató la guerra de tarifas arancelarias entre China y Estados Unidos, atribuida a las empresas que se trasladaron a México, en “nearshoring”, aprovechando los beneficios del tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Otros miembros del colectivo indagaron sobre el aprovechamiento que hayan hecho los países centroamericanos de esas oportunidades que se presentan, ya que todos ellos tienen tratados de libre comercio que posibilitan el ingreso de artículos al gran mercado norteamericano. Escudriñando los archivos de las máquinas de IA, detallan que “aunque Centroamérica ha atraído inversiones, no ha sido el principal destino para las empresas que buscaban reubicarse debido a la guerra comercial”. Países como México, Vietnam e India han sido los mayores beneficiarios del “nearshoring” y del “reshoring” (relocalización de operaciones al país de origen). Sin embargo, Centroamérica sigue siendo una opción atractiva para ciertas industrias debido a su proximidad a Estados Unidos y los acuerdos comerciales vigentes.
“FlowZone SRL, –dedicada a la fabricación de bombas automáticas para atomizar el control de plagas y equipos de desinfección– una empresa estadounidense, que durante 16 años operó en China, decidió en 2021 trasladar sus operaciones a Orotina, Costa Rica”. “La Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE) ha promovido una estrategia denominada “China-plus-one”, que busca atraer a empresas que desean diversificar sus operaciones más allá de China, estableciendo presencia en Costa Rica para estar más cerca del mercado estadounidense”. “Esta estrategia se enfoca en la manufactura de alta gama y servicios de tecnología de la información”. Con la salvedad que la mayoría de las empresas enumeradas a continuación no han abandonado completamente China, sí han adoptado una estrategia de “diversificación” para reducir riesgos: “HanesBrands, que tenía una importante presencia en China, ha trasladado parte de su producción a países como Honduras y El Salvador”. “PVH Corp. (propietaria de marcas como Calvin Klein y Tommy Hilfiger) ha incrementado su producción en Centroamérica, especialmente en Honduras, Guatemala y Nicaragua”. “Yazaki Corporation manufactura de componentes automotrices que operaba en China, ha expandido sus operaciones en Costa Rica y Honduras para servir al mercado estadounidense y evitar los aranceles”. “Lear Corporation, manufactura de componentes automotrices, ha aumentado su presencia en El Salvador y Honduras para producir asientos y componentes eléctricos, aprovechando la proximidad geográfica a Estados Unidos. Foxconn (Hon Hai Precision Industry Co., Ltd.), electrónica y ensamblaje, no ha abandonado China, pero ha explorado opciones en Costa Rica para diversificar su producción y reducir los riesgos asociados a los aranceles estadounidenses”.
“Gildan Activewear, textil y confección, ha trasladado gran parte de su producción a Honduras y Nicaragua para aprovechar los bajos costos laborales y los beneficios arancelarios del CAFTA-DR.” “Intel Corporation, tecnología y semiconductores, ha expandido sus operaciones en Costa Rica, incluyendo la producción de componentes electrónicos, para diversificar su cadena de suministro y reducir la dependencia de China.” “Adidas AG, textil y calzado deportivo, ha reducido su dependencia de China y ha aumentado la producción en Honduras y El Salvador para beneficiarse de los acuerdos comerciales con Estados Unidos”. (Ya ves –entra el Sisimite– ese el resultado de haber logrado, gracias a la gestión presidencial, la ampliación de los beneficios de la Cuenca del Caribe, (mayúsculos beneficios al sector maquilador) después de aquel bíblico diluvio –en aquel tiempo comercio libre, favorable para Honduras, solo en una vía de acá para allá– que después negociaron en un TLC. Como muestra de cómo lo logrado entonces, sigue beneficiando al país ahora. Pero los gorrones mexicanos han sido los más gananciosos del “nearshoring”. Bueno, apuntá –ilustra Winston– 70-80% del «nearshoring» dirigido a América Latina se ha concentrado en México. Un 20% le ha caído a Centroamérica. -Bueno –interrumpe el Sisimite– es que México tiene infraestructura industrial bien desarrollada, mano de obra calificada y costos competitivos. -Pues acá –tercia Winston– los costos laborales son más bajos que en México, e igual hay proximidad a Estados Unidos (especialmente para industrias sensibles al tiempo, como textiles y productos perecederos). Por eso a la Sheinbaum –vuelve el Sisimite– la tienen modosita, suplicando penitencia. Le encaraman los aranceles y la destartalan. -Como dirían en mi pueblo –ironiza Winston– la tienen a mecate corto).