“MUY interesante el editorial “A Mecate Corto” –mensaje de la empresaria progresista– y aquí los que no leen, ni se informan, repiten como loros que aquí nadie viene y que más bien se van de Honduras, como disco rayado”. “Expresan lo que en el fondo de su corazón quisieran pasara”. “Siempre descalificando, desvalorando”. “No saben que algunas se fueron por reducción de operaciones por baja de demanda de sus productos, en algún momento”. Alusivo a este párrafo: (Muchos empresarios –de los que leen, porque unos ni gracia para eso tienen– se interesaron en la enorme inversión que llegó a México, a raíz que se desató la guerra de tarifas arancelarias entre China y Estados Unidos, atribuida a las empresas que se trasladaron a México, en “nearshoring”, aprovechando los beneficios del tratado de libre comercio con los Estados Unidos”).
“Ni con el incendio de California entienden –mensaje de la mamá de la nena de los cuentos– y además cómo van a entender, si ni leen”. Alusivo a la conversación de cierre: (Un coctel –entra el Sisimite– de medidas que podrían ser implementadas de manera individual o coordinada entre varios países, especialmente si buscan proteger sus economías y culturas nacionales de la dominación tecnológica extranjera. ¿Cuánto más va a tolerarse esa invasión a los mercados de información falsa y tendenciosa, el basural rociado por las redes atentatorio a la convivencia civilizada, el adictivo hipnotismo en que ha caído la sociedad, el conflicto instigado a la colectividad que desintegra el núcleo social, la dañina deformación de los valores que corrompe comunidades enteras, en perjuicio de la cultura propia, la moral y la estabilidad emocional de su gente? -Como bien dice el lector –ironiza Winston– para que se les alumbre el coco, ¿suficiente un fósforo o esperan la antorcha olímpica?). Y sobre el particular escribe: (“Hoy hablábamos con la nena, que en las redes hay mucha vulgaridad; pero que también encuentras videos graciosos que son muy tiernos”. Luego ella me decía, “mamá también hay música muy vulgar que no dice nada bueno; prefiero el rock de los 80”. “Aunque esta bandida para el baile también se presta, ja, ja, ja”. “Me dijo la nena que le mostrara estos dos videos (“Baby shark dance”) y el otro del abuelo leyendo el libro”. “El abuelo –quejándose sobre la porquería de libros infantiles que venden– no sabe que es un libro para cantar y piensa que los “shark” dicen “doo, doo, doo, doo, doo…”; eso es porque él no mira YouTube; estaba matada de risa con el abuelo”). Otra información que da la IA: Las plataformas tecnológicas y redes sociales pueden explotar ciertos mecanismos que, en ocasiones, atentan contra la cultura y los comportamientos saludables de los usuarios: “Estas plataformas utilizan algoritmos que priorizan contenido que genera más interacción, como «me gusta», comentarios o tiempo de visualización. Esto puede llevar a la propagación de contenido sensacionalista, polarizante o incluso dañino, lo que puede influir negativamente en la cultura y los valores de los usuarios”.
“Los algoritmos tienden a mostrar contenido que refuerza las creencias y preferencias existentes de los usuarios, creando burbujas de información. Esto limita la exposición a perspectivas diversas y puede fomentar la polarización y el extremismo”. “Las redes sociales están diseñadas para mantener a los usuarios enganchados mediante notificaciones constantes, desplazamiento infinito y recompensas variables (como «me gusta» o mensajes). Esto puede generar comportamientos adictivos y afectar la salud mental, aumentando la ansiedad, la depresión y la sensación de soledad”. “Las plataformas recopilan y analizan grandes cantidades de datos personales para personalizar la publicidad y el contenido. Esto puede invadir la privacidad de los usuarios y manipular sus decisiones, afectando su autonomía y libertad de elección”. “La rápida propagación de información falsa o engañosa en estas plataformas puede distorsionar la percepción de la realidad y afectar la toma de decisiones de los usuarios, dañando la cultura informada y el pensamiento crítico”. “La exposición constante a imágenes y vidas idealizadas en redes sociales puede generar comparaciones negativas, afectando la autoestima y promoviendo estándares de belleza o éxito poco realistas”. “Las plataformas tecnológicas tienden a priorizar contenido que genera ingresos, lo que puede llevar a la homogenización cultural y la pérdida de diversidad en las expresiones culturales auténticas”. (En resumen –entra el Sisimite– advierte que “estas prácticas pueden erosionar la cultura, la privacidad y los comportamientos saludables de los usuarios, lo que ha llevado a un creciente debate sobre la necesidad de una regulación más estricta y un diseño ético en las plataformas tecnológicas”. ¿Y qué explica la pasividad de tomar las decisiones que puedan remediar el problema? -Lo que trae a la memoria –tercia Winston– la anécdota del otro Winston sobre la inacción: Una vez Churchill, al ver a un grupo de políticos discutir sobre los problemas del país sin tomar decisiones, comentó con ironía: “Algunos sueñan con el éxito… mientras otros se despiertan y trabajan para conseguirlo”).