Felícita Bardales, líder comunitaria: “Nos siguen viendo como votos”

Felícita Bardales habla recio, sincera y aparenta más años de los que tiene, a lo mejor, por la dureza de la vida en el campo. “No tuve infancia, éramos 11 hermanos, aprendí a leer y escribir a los 12 años”, dice por teléfono desde Guachipilín, una aldea lenca de unos 400 pobladores en las entrañas del departamento de La Paz. Como en miles de mujeres hondureñas, existe en ella un heroismo secreto y humilde, pero también admirable porque pudo alejarse a tiempo de su verdugo, que la sedujo a los 17 años y casi la mata dos veces. “Salté por una ventana cuando me buscaba con un machete”, confiesa. Todos los días, recorre su pueblo escuchando las preocupaciones de sus vecinos, gestiona un proyecto aquí, conecta gente allá. Fue trabajadora agrícola y hace dos años, con cuatro hijos, terminó su bachillerato. El año pasado, su liderazgo fue reconocido por el programa Inspira, patrocinado por USAID y ahora conversa sobre su rol social, los traumas de la violencia vivida en carne propia y los desafíos de las mujeres rurales.

¿Como fue su infancia?
Creo que yo no tuve infancia, fue muy dura, trabajando desde niña, me tocó ayudar a mis padres porque somos 11 hermanos y yo soy la mayor.

¿Faltaba todo?
No teníamos los tres tiempos, no me da pena decirlo, pero hacíamos un tiempo con guineo sancochados y malanga, lo que no le faltaba a mi mamá eran gallinas, pero éramos muchos.

¿Pudo ir a la escuela?
Muy díficil, no pude sacar sexto el grado porque la escuela era demasiado largo, solo iba dos meses al año, mi segundo grado lo saqué a los 12 años, a los 17 años tenían mi primer hijo y esa edad saqué el sexto grado por radio. Hace dos años, completé el bachillerato.

¿Cuál era su trabajo en esa infancia?
De todo, lidiar animales, cortar café, por eso le digo que mi infancia no fue fácil, teníamos cerdos y los cuidaba, y cada dos años nacía otro hermano.

Aprendió a leer y escribir a los 12 años y hace dos años culminó su bachillerato.

¿Qué significa Guachipilín?
Es un árbol maderero y abunda mucho, por eso los primeros pobladores indígenas le pusieron al pueblo así.

¿Hay centro de salud en su pueblo?
No, estamos en esa lucha para que se nos haga un centro salud.

¿De qué vive la gente?
Básicamente, de la agricultura, granos básicos, café, malanga, yuca, cultivan platanos, mínimos.

¿Conoció al presidente Suazo Córdoba?
No, yo estaba muy chiquita, pero mis papás lo conocieron y mi actual pareja también, dicen que ese señor vino aquí a entregar unas tierras.

¿Cuándo se inicia en el liderazgo comunitario?
A los 17 años comencé a capacitarme en temas de salud y haciendo voluntariados, así que he ido creciendo y la gente me ha ido conociendo.

¿En qué consiste el reconocimiento que le hizo USAID?
Precisamente, es un reconocimiento al liderazgo en la comunidad, en la organización de las mujeres, estoy a cargo de Red de Mujeres de Esperanza, nos reunimos todos los 20 de cada mes para tocar puertas y pedir ayuda para las mujeres y la comunidad.

¿Qué gestiones ha logrado al frente de la red comunitaria?
Gracias a ese liderazgo he podido organizarnos como comunidad y poder gestionar el kínder y el colegio, eso me dio confianza de seguir creciendo en el liderazgo, es un mensaje para las mujeres que no creen en la organización, que sigamos adelante, porque solo unidas podemos vencer.

En una de las charlas cotidianas con la Red de Mujeres de Esperanza en su pueblo.

¿Qué tanto apoyo reciben de los gobiernos?
Esas ayudas se quedan en pocos grupos, los proyectos y programas no llega a todos, tenemos bastante descontento en las mujeres que tanto luchan y no pueden recibir nada.

¿Qué le pediría al gobierno como prioridad?
Una de las prioridades es que se precupen por combatir la violencia, más que todo, y programas para que las familias salgan de la pobreza, porque de ahí surge la violencia y el machismo.

¿Han llegado los políticos en estos días?
Como andan en campaña, solo en este tiempo que necesitan el voto nos visitan, cuando ya llegan al poder se olvidan.

¿Le han ofrecido un cargo de elección popular?
He tomado la decisión de participar en política, como regidora el movimiento Nueva Corriente de Libre. Mi intención es ayudar, no servirme, porque los políticos a eso van, a lucrarse, pero yo llevo la idea de ayudar.

¿Qué espera en este año electoral?
Muchos cambios en el municipio, en las zonas rurales, que la gente analice y elija buenas personas para que los puedan representar en el municipio, el Congreso o el gobierno de la República.

¿Qué llamado le hace a los políticos en esta campaña?
Con los que tengo oportunidad de hablar, les digo que no miremos a la gente como votos, porque nos siguen viendo así, como votos, más a las mujeres del campo, para llegar al poder. Ahorita es el tiempo que se nos escuche, porque también sucede que nosotros amontonamos todas nuestras quejas en campaña y ellos se aprovechan de eso, le ofrecen un montón de cosas y al final no hacen nada, a mis candidatos les digo lo mismo, nosotros queremos ayudar, no es necesario gritar con bocina sino con hechos y no palabras.

En una de sus faenas agrícolas cotidianas.

¿Mira novelas?
No me queda tiempo, ahorita he apartado este momento para atender a LA TRIBUNA, pero tengo todo mi trabajo parado y el ratito de tiempo que me queda me pongo a trabajar en los temas de nuestra organización porque hay mucho que hacer.

¿Es difícil el trabajo de ama casa?
Es bien difícil, poco reconocido, pero nosotros aceptamos porque ya está escrito en la Bibilia.

¿Cómo está la violencia hacia las mujeres en su municipio?
Fíjese que hacía varios años que no se daba un feminicidio aquí, se había controlado, pero déjeme decirle que, anoche, tuvimos muy malas noticias, como que han comenzado los feminicidios, hemos estado buscando la manera de combatirla, pero hay bastante descuido de las autoridades superiores.

¿Qué le recomienda a mujeres que están sufriendo violencia?
Que rompan el silencio, mientras nosotros no le pongamos un alto a la volencia no vamos a salir de ahí, porque a veces por cubrir a nuestras parejas, mentimos, ‘yo sola me golpeé’ y otros pretextos, lo digo por experiencia.

¿Fue víctima de la violencia?
Mi primer pareja casi me mata, creáme, me tuve que tirar por una ventana porque andaba con el machete suelto, picó todo lo que halló, buscándome a mí.

¿Cómo fue ese momento?
Como no le abría la puerta, cuando entró, me tiré por la ventana, dejé a mi hija adentro porque no me dio tiempo de sacarla, la niña gritaba, pero él me fue siguiendo con el machete, no buscó la hija, era a mí que buscaba, por suerte, mi primo se enfrentó con él y ahí terminó.

¿Tomó la decisión de dejarlo en ese momento?
Uno es bien cobarde, sumiso, cuando uno no ha roto ese esquema de violencia. Me vine donde mis papás, pero ellos me decían que ‘sos casada, vos sola no podés vivir, tenés que aguantar’, pues, de tanto escuchar eso, lo perdoné, porque también llegó a pedirme que lo perdonara, estuvimos como medio año juntos, intentó matarme de nuevo, y luego me quiso chantajear, colgó una cuerda y dijo que se iba ahorcar, hasta que al final le dije hasta aquí.

Guachipilín es una aldea lenca enclavada en el municipio de San Antonio del Norte, La Paz.

¿Y su nueva pareja cómo se porta?
Pues, platicamos, él escucha consejos.

ELLA ES..
Felícita Bardales nació el 21 de febrero de 1983 en Concepción de Soluteca, La Paz, pero desde hace 16 años vive en Guachipilín, San Antonio de Oriente, ambas aldeas lencas del departamento de La Paz. Hace dos años culminó su bachillerato en Ciencias y Humanidades y actualmente coordina la Red de Mujeres de Esperanza. El año pasado, su liderazgo fue reconocido por el programa Inspira, patrocinado por USAID. Vive en unión libre y tiene cuatro hijos.

LO MÁS RECIENTE

México deporta a 120 hondureños

SAN PEDRO SULA. A los deportados por la vía aérea de los Estados Unidos,...

Precios de café refrescan la economía de Honduras

La escalada del precio de café continuó y lo llevó a un nuevo precio...

Estados Árabes serían socios del CELAC

En el marco de la XI reunión de Coordinadores Nacionales de la Comunidad de...

AGROMERCADOS HONDURAS 2025: Oportunidad crucial única en el país

Durante dos días y cada dos años, AGROMERCADOS HONDURAS se convierte en el escenario...