Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez*
La nueva paz mundial es vivir bajo los escombros de la guerra, y no existe un comportamiento de sensibilidad humana o que exista un hombre alguno para encontrar la armonía y el verdadero amor que nos envuelva en un solo haz de voluntades y hermandad como Dios nos manda que encontremos un árbol que nos cobije a todos por igual con su sombra, a todos abrazados como hermanos.
En la actualidad de nuestros días se están viviendo en guerra en diferentes países del orbe internacional, como Rusia y Ucrania. Así mismo en Israel y los de Hamás que son orígenes árabes musulmanes de trayectoria histórica de pueblos guerreros. Pero todos los hombres cargamos en nuestro cuerpo una sombría realidad como si fuéramos figuras abstractas. Cambiando la revolución de las costumbres tópicas diferentes con ideas de profundo contenido, sería un nuevo amanecer que hace fundamentalmente el desarrollo de la mente para poder discernir con razonamiento lógico, no absoluto, sino de máximo entendimiento.
La paz individual y colectiva se ha terminado, pues el hombre no tiene la idea ni la sabiduría para encontrar el control de las ciudades. Los ciudadanos viven como los tiempos de “Sodoma y Gomorra”. La Biblia predice con claridad que el mundo quedará aparentemente “fuera de control” y que los países serán ingobernables. La gente comenzará a rechazar a Dios completamente, los hombres se tornarán codiciosos, habrá rebeldes alborotadores que se apoderarán de distintas instituciones y se abrogarán del poder y el medio de esta crisis la gente como los del Partido “Libre” que gozarán en toda forma perversa imaginable.
Tenemos el país más pequeño del mundo, Israel, donde nació nuestro señor Jesucristo, que hoy vive bajo los escombros de los “misiles” fraguados por los de “Hamás”, asesinos despiadados, masacrando a niños, ancianos y demás seres de la raza judía.
La Biblia también predice que una hueste de enemigos subiría contra Israel e intentaría saquear la tierra, pero que todos los enemigos correrían, derrotados, con sus corazones consumidos dentro de ellos. ¡Como está sucediéndoles a los de Hamás! La Biblia sugiere que un judío pondrá en fuga a más mil enemigos. Y diez harán huir a diez mil. Jesucristo está con Israel.
Muchas veces nos hacemos preguntas que no tienen respuestas positivas a lo que buscamos. El hombre que sueña con el poder y lucha contra todo lo que se le oponga, él no sabe ni conoce lo que es el pudor, porque el sólo vive pensado cómo llegar al poder de gobernanza. No le interesa, solo su propia importancia. Pero no se da cuenta que no hay hombres ni razas superiores; sino la inepta teoría, hecha de arcaísmos repugnantes, y ha sido arrinconada por la ciencia, en el rincón de los tráfagos inútiles; hoy no son sino los gaznápiros y los neófitos los que creen, sino también los necios; el hombres es uno; todos iguales, todos producto animal, de gelatina amorfa que forma las entrañas del planeta-el orgullo de los estultos, ensayos para negar el oscuro pasado de cuadrumanos, su gran abolengo de antropoides migratorios, del Océano Índico a las mesetas de Irán, y a los tranquilos valles del Tíbet; el Ramayana, la Biblia india, no nos consagra el abrazo de Rama, con el Mono Hauman; ¿Es el universo lazo de todos los seres vivientes?
No hay diversas humanidades señores, no hay sino la humanidad –el hombre –este triste animal pensante, condenado a la pena de vivir el mismo desde del caníbal antropoide de la Nueva Guinea, el bello animal hiperbóreo, como lo llama Nietzsche al germano de los rincocéfalos.
Y ante esas preguntas para encontrar la solucione de la lógica retroceden asombrados, más allá de los campos ilimitados, lo absurdo por nuestras frías indiferencias por no querer encontrar la raíz de dónde venimos por creer que somos diferentes, porque tenemos en nuestra manos el poder para encausar en delitos de crímenes de lesa humanidad a otros que no están de acuerdo con nuestra manera de pensar. ¿Entonces dónde está el hombre que habla de moral y ética? ¡El que no cree en Dios es un maldito pecador!
¡Solo Dios conoce el corazón del hombre, porque el hombre es perverso y malvado sin Dios!
*Lic. en Economía política.