1940: cultura, foco de interés bilateral

Jorge Raffo*

Si 1939 estuvo marcado por la significativa visita de la escuadra naval peruana a Amapala (Raffo, 2025), el año 1940 fue dedicado a la divulgación de la cultura que Enrique Peña Barrenechea, Encargado de Negocios del Perú en Tegucigalpa, desplegó en diversos escenarios, todos ellos inspirados en el fortalecimiento de los lazos hondureño-peruanos y en la divulgación de coincidencias culturales. Uno de aquellos proyectos fue el desarrollado con el historiador hondureño Ernesto Alvarado García sobre un libro que llevaría por título “Peruanos en Honduras” donde destacaran, entre otros, Leoncio Prado y su encuentro con el presidente Marco Aurelio Soto, o el epónimo Carlos Herrera, profesor de medicina de la Universidad Mayor de San Marcos, coronel de los Ejércitos Federales Centroamericanos (1834-1838), diputado y presidente del Congreso de Honduras (1849-1851). Peña solicitará también al especialista hondureño que aborde la permanencia de Morazán en el Perú en 1841 y su retorno a Centroamérica con apoyo financiero peruano en 1842 (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Caja 5-33-A, of.47, doc.33-A/91, oct.1940). Alvarado García había nacido en Copán en 1904, era catedrático de sociología en la Universidad de Tegucigalpa y profesor de historia en colegios además de académico correspondiente con la Academia de Historia de Cuba. Desde 1938 fue designado por el gobierno paraguayo como su Cónsul Honorario en Tegucigalpa y es así como entra en contacto con el diplomático peruano Peña. Arévalo García, además del libro, escribió y publicó artículos filo peruanos como el aparecido en la revista “Repertorio de Honduras” sobre las relaciones peruano-hondureñas (MRE, Caja 5-33-A, of.2, doc.33-A/49, ene.1940).

Con ocasión del Día Nacional del Perú, en julio 1940, el ministro Plenipotenciario Peña obtiene del diario “El Cronista” la cobertura periodística para tan magna fecha. Izamiento de la bandera en el Palacio Presidencial y en todos los Ministerios del Ejecutivo hondureño y saludo del cuerpo diplomático en la sede de la embajada son solo algunas de las actividades llevadas a cabo en esa oportunidad (MRE, Caja 5-33-A, of.28, doc.33-A/72,1940).

En agosto de 1940, Peña logra también que el diario “El Cronista” publique la entrevista al presidente Manuel Prado, gobernante peruano, efectuada por el periodista hondureño Joaquín Blaya Alende (MRE, Caja 5-33-A, of.29, doc.33-A/73,1940) y en octubre de ese mismo año, informa a Lima que había conseguido que la revista “Tegucigalpa” dedicase una página a la cultura peruana (MRE, Caja 5-33-A, of.46, doc.33-A/88,1940).

Se aproximaba la realización de la tercera Asamblea General del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH) que tendría lugar en la Ciudad de los Reyes (Lima) y, a través de Peña, la cancillería peruana formuló la invitación a Honduras añadiendo que se esperaban con sumo interés los trabajos de los investigadores hondureños sobre la cultura maya y sus códices. Lamentablemente, debido a problemas de presupuesto, el canciller hondureño Aguirre se vio en la tesitura de anunciar que su país no podrá asistir. Gracias a la intervención de Peña la situación se resuelve de otro modo, Honduras designó al peruano Aurelio Miró Quesada -miembro del grupo familiar del influyente diario “El Comercio” de Lima- como su delegado a la señalada reunión del IPGH y las ponencias le fueron enviadas a él (MRE, Caja 5-33-A, of.57, doc.33-A/100, dic.1940). La medida fue acertada porque la cancillería hondureña aseguró así un propósito colateral, el espacio de difusión con uno de los principales diarios peruanos.

Otro aspecto que atrajo el interés de Peña fueron los trabajos de aclimatación que técnicos estadounidenses llevaban a cabo en Honduras para adaptar el cultivo del caucho en la costa atlántica cuyas plantas provenían de la Amazonia peruana (MRE, Caja 5-33-A, of.34, doc.33-A/78,1940). Ya en 1935 el Perú había colaborado con semillas de alfalfa y pepitas de algodón cediéndolas a Honduras para diversificar cultivos (Raffo, 2025) así que esa intentona agrícola cauchera ameritaba un reporte. En su informe, Peña señaló que en 1914 se había realizado un primer intento de aclimatación en La Ceiba que fue exitoso en volumen pero que quebró porque el precio de compra era menor al costo de producción por lo que, además del caucho, se intentarán nuevos cultivos como el cocotal y el azúcar en San Pedro Sula (MRE, Caja 5-33-A, of.39, doc.33-A/81,1940). Volviendo al caucho, Peña asocia este interés norteamericano con un reciente invento salvadoreño para uso del ejército del coloso del norte. Se trata de un nuevo tipo de neumático con varias cámaras para aeroplanos, cañones y camiones de transporte. El inventor fue el mayor Juan Ramón Muñez y el perfeccionador del producto Braulio Pérez Marchant. El invento fue patentado como “Neumático Salvador” (MRE, Caja 5-33-A, of.56, doc.33-A/99,1940), nombre muy apropiado en el contexto de la conflagración bélica mundial que se vivía entonces.

*Embajador del Perú para África y Medio Oriente.

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