El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su mano derecha, Elon Musk, declaró la guerra a las políticas públicas de diversidad, equidad e inclusión (llamadas DEI en inglés), una batalla a la que se han sumado grandes empresas en un gesto de fidelidad hacia el nuevo mandatario.
En su cruzada conservadora, Trump firmó una orden ejecutiva para eliminar esas políticas, algo que, según los expertos, deja desprotegidos a colectivos que históricamente fueron estigmatizados.
«Trump ha dejado claro que está en contra de las DEI, por lo que muchas entidades se afanan en acabar con ellas u ocultarlas», aseguró a EFE Ileen DeVault, experta en políticas de diversidad.
Pese a que en su primer mandato (2017-2021) acabó con unos entrenamientos sobre diversidad en las agencias federales, Trump no llegó tan lejos. Ahora, en tan solo unos días, acabó con todo alegando una defensa a «los derechos civiles» de los estadounidenses.
«La ‘D’ (Diversidad) busca que las instituciones sean más representativas para todos. La ‘E’ (Equidad) significa tratar a las personas de manera justa, independientemente de su identidad o características, y la ‘I’ (Inclusión) garantiza que todas las personas sean partícipes de las instituciones», explicó DeVault.
La guerra contra la inclusión
Desde que llegó al poder, Trump ha ordenado el fin de los programas dedicados a la diversidad, ha prohibido la participación de las mujeres trans en deportes femeninos y ha exigido a los trabajadores públicos eliminar sus pronombres en las firmas de los correos.
Según medios locales, la Fundación Nacional de Ciencias estaría utilizando una lista de palabras, como activismo, sesgo, mujeres, LGTB o estereotipo, para rechazar proyectos.
Por otro lado, la Fundación Americana para la Rendición de Cuentas, una organización conservadora nacida para hacer frente a la anterior Administración de Joe Biden (2021-2025), publicó la ‘Lista de vigilancia DEI’, que busca señalar a supuestos trabajadores de estos programas.
El documento apunta, sobre todo, a mujeres negras y se basa en la afiliación política personal de los empleados federales, solo cuando es contraria a Trump. Estos nombres fueron publicados en redes sociales como parte de una campaña de señalamiento, denuncian varias organizaciones.
Amazon, McDonald’s y ahora Disney
La Administración federal solo tiene competencias para acabar con los programas en los puestos gubernamentales, pero grandes compañías del país se han sumado a la estrategia del mandatario.
Según el medio Axios, Disney decidió esta semana acabar con los programas DEI y con las advertencias, que se incluyeron en algunas películas, por «descripciones negativas y/o maltrato de pueblos o culturas».
Antes de Disney, otras compañías como Amazon o McDonald’s han suspendido la aplicación de estos programas en el espacio de trabajo.
Asimismo, Meta levantó sus restricciones en Instagram y Facebook, de manera que los usuarios ya pueden llamar «enfermos mentales» a las personas LGTBI o cuestionar la inclusión de las mujeres en el mercado laboral.
De hecho, los directivos de las grandes tecnológicas del país dieron generosas aportaciones económicas para la investidura de Trump y tuvieron un lugar privilegiado durante la ceremonia.
Organizaciones anuncian acciones legales
Organizaciones de la sociedad civil denuncian el impacto que eso puede tener en mujeres, personas de la comunidad LGTBI o minorías raciales, y están preparando acciones legales.
«Reducirá las presiones contra la discriminación por raza y género, y por tanto, podría provocar la resegregación de muchos empleos y ocupaciones», dijo Pamela Tobert, experta en políticas de diversidad.
«La retórica de Trump parece validar la discriminación como justa», agregó.
Algunas asociaciones, como LAMBDA Legal, una organización nacional que trabaja por los derechos LGTBI, ya preparan «varias» demandas contra este Ejecutivo.
«La eliminación de la identidad trans a nivel federal -ya sea a través de definiciones legales, retrocesos en las políticas u órdenes ejecutivas- tiene consecuencias devastadoras y de gran alcance», defendió Samy Nemir, portavoz de la organización.
Para DeVault, el problema es que «Trump y muchos de sus partidarios blancos masculinos nunca han entendido que si se habla de la inclusión» eso incluye también «a aquellos individuos que son blancos y masculinos».
«Parecen creer que solo los que no son blancos y varones tienen identidades», sentenció. EFE