Panamá se salió del estratégico acuerdo chino de la Ruta de la Seda y se ofreció como puente para la deportación masiva de migrantes. Pero con el presidente Donald Trump enfocado en el canal ¿será suficiente para aplacar su obsesión?
El republicano amenaza con recuperar la vía interoceánica si Panamá no reduce la «influencia china» y los peajes que deben pagar los buques estadounidenses en la ruta construida por su país.
«Las demandas de Trump no son fáciles de satisfacer», pero Panamá «tendrá que ofrecer algo para calmar las tensiones», dijo a la AFP Benjamín Gedan, director del programa para América Latina del Wilson Center, con sede en Washington.
La politóloga de la Universidad de Essex, Natasha Lindstaedt, cree que Panamá ya dio «pasos enormes» para «apaciguar a Estados Unidos».
En la visita del secretario de Estado Marco Rubio, Panamá ofreció una pista aérea en la provincia selvática del Darién -fronteriza con Colombia- para repatriar migrantes que expulse Estados Unidos.
Y para mostrar la relación privilegiada con Washington y no con Pekín, el mandatario panameño, José Raúl Mulino, sacó al país del principal proyecto geopolítico y comercial del presidente chino Xi Jinping.
– Auditoría, la clave –
La principal carta que tiene Panamá es la auditoría que realiza la Contraloría a dos puertos operados, bajo concesión, por una subsidiaria de la empresa china Hutchison Holding, con sede en Hong Kong.
Estados Unidos considera estos puertos, ubicados a cada entrada del canal, una amenaza para su seguridad porque cree que Pekín podría bloquear la vía en un conflicto.
«Es obvio» que el gobierno busca «elementos de peso que le permitan rescindir el contrato» con pruebas de incumplimiento y, al mismo tiempo, evitar «una demanda multimillonaria que no podrá enfrentar», afirmó a la AFP el catedrático panameño en Relaciones Internacionales, Euclides Tapia.
La auditoría busca detectar posibles incumplimientos del contrato que ganó la compañía china en 1997 y que fue prorrogado por otros 25 años en 2021.
La Corte Suprema también estudia una demanda presentada por dos abogados panameños para finiquitar la concesión por «inconstitucional».
«El mal menor sería acelerar la auditoría del contrato con la empresa china, encontrar algo que justifique invalidar el acuerdo y llevar a una empresa occidental para reemplazarla», sostuvo Gedan.
– Los peajes –
En el otro frente de discordia, los peajes, hace una semana Washington anunció que Panamá había eliminado las tarifas para el paso de sus buques por el canal, lo que Mulino tildó de «mentira intolerable».
Los acuerdos por los que Estados Unidos entregó en 1999 la vía a los panameños obligan a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP, entidad autónoma) a cobrar los peajes por el tamaño y carga de los buques, no por su procedencia.
Aquí hay un casi nulo margen de acción para Panamá. El tratado lo «obliga a garantizar la operación neutral del canal», afirmó a la AFP Rebecca Bill Chavez, presidenta de Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
Con el 52% de los tránsitos y el 76% de la carga, Estados Unidos es el principal usuario del canal, que representa el 6% del PIB de Panamá. Cualquier reducción de tarifas podría golpear sus arcas.
Trump «prometió sacar a China del área del canal y bajar las tarifas para barcos militares de Estados Unidos, lo primero no se puede lograr inmediatamente» y lo segundo «violaría» la neutralidad de la vía, afirmó a la AFP la politóloga panameña, Sabrina Bacal.
– La presión –
Trump no descarta la fuerza militar para tomar el canal: «Vamos a recuperarlo, o algo muy potente va a suceder», aseguró.
Para Lindstaedt es muy remota una intervención militar en Panamá, que ya fue invadida por Estados Unidos en 1989. «Necesitarían al menos 90.000 soldados» y «sería profundamente impopular».
«Pero es muy probable que aplique aranceles» como los anunciados contra China, Canadá, México y la Unión Europea, agregó.
Es una incógnita qué tipo de medidas podría tomar Trump contra un país de economía dolarizada y principalmente de servicios, que tiene un tratado comercial con Estados Unidos.
«Los castigos económicos son inevitables si no hay un acuerdo», estimó Gedan.
Panamá exporta a Estados Unidos productos del mar y agropecuarios y le compra maíz, autos y productos tecnológicos.
Tapia cree que Trump es «insaciable» y puede estar buscando renegociar los tratados del canal para obtener condiciones más ventajosas.
«El retorno del canal a manos estadounidenses es inimaginable. Si es realmente el objetivo de Trump… no hay salida a la crisis», dijo Gedan. AFP